El Ajedrez: un juego para crecer
“El ajedrez es algo más que un juego; es una diversión intelectual que tiene algo de Arte y mucho de Ciencia.”
José Raúl Capablanca, ex campeón mundial (1888-1942)
Se dice que el ajedrez tiene algo de arte porque cada partida es diferente, hay que usar la creatividad para desarrollar nuevas estrategias y elegir, de entre varias opciones de juego, las mejores. Y posee mucho de ciencia porque combina la exactitud matemática con la intuición, ya que deben anticiparse las posibles jugadas del contrincante.
El valor educativo del juego radica en que estimula el pensamiento lógico y permite desarrollar una cantidad de hábitos intelectuales como:
- analizar situaciones
- concentrarse y observar
- calcular jugadas
- investigar la mejor solución
- ejercitar la memoria
- evaluar las posiciones resultantes y las consecuencias de las acciones
A través de las partidas, el alumno va aprendiendo a controlar sus impulsos, disciplinar su conducta, tener paciencia, sobreponerse a un traspié inicial, respetar a un compañero y a empezar y terminar una obra. A medida que avanza en su aprendizaje, comprenderá que, para mejorar su juego, deberá perfeccionarse, lo cual generará una sana necesidad de superación personal.
“El ajedrez es algo más que un juego; es una diversión intelectual que tiene algo de Arte y mucho de Ciencia.”
José Raúl Capablanca, ex campeón mundial (1888-1942)
Se dice que el ajedrez tiene algo de arte porque cada partida es diferente, hay que usar la creatividad para desarrollar nuevas estrategias y elegir, de entre varias opciones de juego, las mejores. Y posee mucho de ciencia porque combina la exactitud matemática con la intuición, ya que deben anticiparse las posibles jugadas del contrincante.
El valor educativo del juego radica en que estimula el pensamiento lógico y permite desarrollar una cantidad de hábitos intelectuales como:
- analizar situaciones
- concentrarse y observar
- calcular jugadas
- investigar la mejor solución
- ejercitar la memoria
- evaluar las posiciones resultantes y las consecuencias de las acciones
A través de las partidas, el alumno va aprendiendo a controlar sus impulsos, disciplinar su conducta, tener paciencia, sobreponerse a un traspié inicial, respetar a un compañero y a empezar y terminar una obra. A medida que avanza en su aprendizaje, comprenderá que, para mejorar su juego, deberá perfeccionarse, lo cual generará una sana necesidad de superación personal.
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