sábado, 29 de noviembre de 2008

La importancia de la acción Tutorial en la Escuela Secundaria


Desde su implementación, la Tutoría y la figura del Profesor Tutor han sido un acierto porque han permitido que fuera de los docentes y el personal de conducción, funcione un espacio que se acerca a los jóvenes en el orden del seguimiento, de su rendimiento, las actitudes, la metodología del estudio, el contacto con los padres, como una herramienta que apoya , a su vez, a directivos y profesores. Mucho se ha hablado también de llevar esta experiencia exitosa a los tres cursos superiores del ahora nuevamente Secundario porque, ateniéndonos a los parámetros de la psicología evolutiva, es preciso que los educandos sigan transitando su formación media con un apoyo permanente que les permita perfeccionar su presencia en la escuela, como así también, apoyando a los responsables de la enseñanza y de su conducción en un efecto que va de lo personal y se proyecta a la calidad de la educación dentro del rico ámbito que constituye una comunidad educativa.
La Tutoría es un espacio necesario para...
¨ Acompañar y orientar a los alumnos respecto de sus propios aprendizajes en las distintas áreas de conocimiento a fin de mejorar el rendimiento escolar, contribuyendo así a la retención de los mismos y a la prosecusión satisfactoria de sus estudios obligatorios;
¨ Lograr en los educandos el análisis de alternativas , la toma de decisiones y la responsabilidad de sus consecuencias;
¨ Incentivar a los jóvenes para que conozcan sus aptitudes, habilidades, aspiraciones y limitaciones, para poder conocerse mejor a sí mismos y realizar así mejores elecciones de vida;
¨ Promover en los alumnos el establecimiento de relaciones entre los intereses y características personales y las diversas opciones de estudio y laborales;
¨ Instarlos a que descubran alternativas relacionadas con la educación no formal para que conozcan otros espacios opcionales;
¨ Encauzarlos para que aprendan a accionar cooperativamente y a comprender las ventajas que esta opción implica;
¨ Conducirlos para que aprendan a usar los tiempos y los espacios;
¨ Asesorarlos para que se pongan en contacto con alumnos de otras escuelas, de otros niveles y con otras instituciones, de manera que se favorezca la articulación con el mundo del trabajo.

La tutoría es un instancia de aporte a los alumnos, uno a uno, en los diferentes planos de su vida, a través del trato personal, que implica considerar a cada uno de ellos como persona.
Los seres diferentes necesitan ayudas y exigencias diferentes, lenguaje diferente, estímulos diferentes. Una educación de calidad es una “educación a la medida” de cada ser humano para ayudarlo a crecer como persona.
Trato personal es también considerar a cada alumno no sólo como un ser capaz de recibir, sino también como un ser capaz de dar y de darse a los demás. Ello supone esperar siempre algo de él y darle oportunidad para que lo lleve a cabo.
Asimismo, el Profesor Tutor debe facilitar la conciencia de grupo y posibilitar el surgimiento de objetivos y normas comunes en pos de una mayor integración grupal.
La ayuda educativa del Tutor es ayuda orientadora. Orientar no es sustituir al otro; no es resolverle sus problemas. Orientar es poner al otro en mejor situación para que haga algo por sí mismo, en su vocación, en la concreción de proyectos, en conseguir niveles crecientes de autonomía que le permitan ejercer su libertad con responsabilidad para que afronte de modo personal los problemas de su vida. El buen Tutor sabe escuchar al alumno, pero no decide en su lugar.
El tutor sabe también que la responsabilidad principal es de los padres y que la influencia más decisiva en la mejora personal de los alumnos es la de su familia. Por eso, detrás de cada alumno ve una familia que hay que conocer y con la que hay que contar, informando a los padres acerca de la actividad docente que se desarrolla en la escuela e implicarlos en el proceso de enseñanza-aprendizaje de sus hijos, sobre todo en el ámbito de la orientación y apoyo al aprendizaje.
Si consideramos al Profesor como educador de personas, la tutoría es la dimensión más delicada de su ayuda cualificada a los alumnos, en su derecho-deber de crecer como personas.
Educar es preparar para la vida. Para una vida feliz. Pero esta finalidad no se logra sin enseñar a pensar, sin educar la voluntad, sin enseñar a querer, a trabajar, a convivir... Tampoco se logra si no se ayuda a cada alumno a descubrir el sentido de la vida. Esto último es lo que busca con especial interés la tutoría, completando así la acción del Profesor y del Directivo.

Prof. Lic. Gabriela Larumbe-Directora Organizadora E.E.S. Nº 519

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